Regionalización y descentralización
https://www.senat.fr/ 30 septembre 2021
Senado Francés
Debemos partir de una observación: en Europa, casi siempre hay un nivel diferente al de la comunidad territorial básica, pero rara vez se le llama región. ¿La regionalización presentada como una necesidad de la construcción europea implica necesariamente la creación de un nivel adicional que sería el tercero? ¿O la transformación del segundo nivel existente en una entidad aún más autónoma?
Estas preguntas abarcan un debate sobre el tamaño ideal del nivel intermedio, sobre la identidad cultural de la entidad así creada, sobre el grado de autonomía que se otorgará a estas entidades y por tanto sobre la unidad del Estado para los países de tradición unitaria, (y especialmente las nuevas democracias ansiosas por evitar una explosión centrífuga y todos los países con fuertes minorías).
Sólo entonces aparecen la cultura y la identidad (de hecho, la división regional a menudo artificial cuando existía rara vez se basaba en un territorio histórico). La región de Europa se presenta ahora como un medio para afirmar la diversidad de culturas hasta ahora descuidadas por los estados centralizadores.
Por otro lado, el debate sobre la regionalización en Europa no parece tener en cuenta ciertas realidades de la descentralización como la cooperación existente entre las autoridades locales de base: las autoridades intermunicipales en Francia y los Países Bajos o las "federaciones" en Finlandia.
La regionalización, que hoy parece ser considerada como un medio para implementar un cierto grado de autonomía territorial frente al Estado, inicialmente tuvo una connotación económica y más precisamente quedó bajo la misión de desarrollo regional. Se trataba de encontrar un nivel de decisión suficientemente amplio, sin ser el del Estado central, para atender las necesidades de ordenación del territorio.
Sólo entonces aparecen la cultura y la identidad (de hecho, la división regional a menudo artificial cuando existía rara vez se basaba en un territorio histórico). La región de Europa se presenta ahora como un medio para afirmar la diversidad de culturas hasta ahora descuidadas por los estados centralizadores.
En Europa ha cobrado forma la idea de que es necesario contar con auténticas autoridades regionales y locales, autónomas y administradas por representantes electos, expresión de la descentralización. Por tanto, la región se ha convertido en un nivel de descentralización al igual que el municipio, pero debe ser lo suficientemente grande para ejercer tareas de planificación, desarrollo económico, social y cultural y coordinación y lo suficientemente cerca para permanecer bajo el control de la ciudadanía.
Este enfoque parece lo suficientemente flexible como para permitir que cada Estado determine la estructura de autoridades locales que considere más adecuada a su historia y tamaño.
Pero hoy no podemos poner al mismo nivel las regiones con fuerte autonomía política de los Estados federados y regionalizados y los niveles intermedios que ocupan su lugar en los Estados unitarios.
Por tanto, debe distinguirse entre las comunidades de tercer nivel pertenecientes a un estado federal o regional y las regiones tal como se acaban de definir, es decir, el mejor nivel intermedio posible entre los municipios y el estado.
Por tanto, podemos ver que no existe un modelo único en Europa. Sin embargo, presentaremos aquí la evolución reciente de cuatro países vecinos (Reino Unido, Italia, España y Alemania).
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